EL DÍA CON LOS OJOS PUESTOS EN ÉL
Qué difícil se nos hace a veces, buscar ratos de silencio para poder hacer oración o dedicarle al menos, un pensamiento a nuestro señor durante el día. Llevamos una vida extremadamente acelerada y después de todo el día haciendo cosas y trabajando, la llegada a casa es lo más ansiado y queremos coger el sofá o la televisión y olvidarnos de todo. Pero yo te pregunto. En todo tu largo día, ¿No has encontrado ni 5 minutos para al menos, pensar en Dios? , ¿Le agradeces el trabajo que estas haciendo, o el almuerzo que te has tomado? o simplemente, ¿Agradeces estar un día mas con vida?.
Aquí te propongo diferentes momentos del día en los que puedes enfocar tu día en Él. Puedes adaptarlo a tus horarios y a tus circunstancias. Estas ideas son simplemente un esquema para inspirarte. Hazlo tuyo.
1. AL DESPERTAR:
En mi caso, al usar el móvil como despertador, me di cuenta que lo primero que hacia al abrir los ojos, era apagar el despertador e inmediatamente después, veía mensajes que tenia pendiente, correo o incluso los fines de semana, miraba las redes sociales.
Que triste es esto. Que lo primero que hacemos en la mañana sea coger nuestro móvil y llenarnos de pensamientos, imágenes y estímulos cuando ni siquiera hemos abierto los ojos. Ahora, intento que mi primer pensamiento del día no vaya dirigido a mi móvil sino a alguien mucho más importante.
Cuando te despiertes, antes de levantarte o mirar mensajes, quédate dos segundos en la cama y da gracias a Dios por un día nuevo que ha puesto en tu vida. Por otra oportunidad que nos da para mejorar. No hace falta una oración larga ni ponerte inmediatamente a leer el evangelio. Eso ya lo haremos más adelante. Pero, el primer pensamiento de tu día no habrá caído en saco roto sino, que habrá sido para Dios.
Aprovecha este momento antes de llenarte de cosas del mundo. Cuando nos levantamos, tenemos la mente mucho más en calma y con pocos pensamientos. Será mucho más fácil concentrarse en ese solo pensamiento ahora, que a medida que avance el día.
2. HAZ LO QUE TENGAS QUE HACER PERO CON DIOS.
Seguramente , una vez que te levantes ya empieza la rutina y es un “ correr” todo el día. Desayunar rápido, llegar al trabajo a tiempo, llevar a hijos al colegio, llegar a clases, coger el autobús, etc. ¿Cómo voy a ponerme a rezar en la mañana cuando voy a contrarreloj?. Al final, siempre decimos: “ Luego cuando ya llegue a casa , estaré tranquila y rezaré”. Y la verdad, cuando uno llega a casa no quiere hacer nada o encuentra otras muchas más tareas “ necesarias” que hacer antes que rezar.
Por eso, aprovecha el tiempo que tienes. Mientras haces la cama o desayunas, mientras vas en el autobús o en el coche camino del trabajo o estudios, puedes ponerte un audio corto que te permita escuchar la palabra de Dios mientras realizas tareas. Hay muchas aplicaciones donde en formato audio, puedes escuchar el evangelio del día o bien, una pequeña reflexión para comenzar tu día. Yo utilizo dos aplicaciones que recomiendo mucho para estos momentos en los que vamos de camino a algún sitio o desayunamos.
Sercreyente.com El evangelio del día:
En este programa se lee el evangelio del día y tras su lectura, hay una pequeña reflexión sobre el evangelio y cómo aplicarlo a nuestra vida. No dura más de 10 minutos como máximo.
3. ENCOMIENDATE AL COMIENZO DE TU JORNADA.
Tenemos que ser conscientes de que nada está en nuestras manos. De nosotros mismos, dependen muy pocas, pero pocas cosas y todo depende de Dios. Por eso, no hay mejor regalo que aceptar que estás en las manos de Dios y que durante todo tu día, Él te sostiene. Es un acto de confianza.
Ofrécele tu día entero antes de empezar tu jornada de trabajo, estudios o tus tareas diarias. Es ponerte en sus manos y bajo el manto protector de su madre decir: “ En tus manos me pongo” “ Qué todo lo que haga hoy sea para tu gloria” “ Que seas tú el que guíe mis manos, mis palabras y mis actos”, etc.
Desde que empecé a ofrecer y a encomendar mis días, me siento mucho más aliviada. Mi ansiedad antes de comenzar a trabajar disminuye y me siento mucho más predispuesta para hacer bien mi trabajo, para esforzarme y ser amable con los que me rodean en ese día. Es descansar en los brazos de Jesús y sentirte acompañado para el resto del día.
Créete de verdad que Jesús esta contigo, que estás en sus manos. Confía.
Esto, puedes hacerlo en un momento de silencio antes de entrar al trabajo o a clases, puedes hacerlo justo antes de salir de casa o en el medio de transporte. Puedes hacerlo incluso en tu mesa o puesto de trabajo antes de comenzar, pero, si tienes una capilla, iglesia, imagen o escultura cerca de tu lugar de trabajo, te recomiendo que lo hagas justo ahí.
Te prometo que tu día va a cambiar. Será el mismo, pero lo verás con ojos nuevos.
4. EN TU LABOR.
En nuestro trabajo diario, sea cual sea ( estudiar, ama de casa, trabajar, cuidar de un familiar enfermo, etc.), es importante que en algún momento de esa jornada seamos consciente de la presencia de Dios. De dar gracias y/o pedirle fuerzas en la dificultad. Pide su ayuda cuando lo necesites y da las gracias. Al igual que al despertarse, no es necesario estar un rato orando pues, estás en plena jornada de trabajo y debes concentrarte en ello. Consiste en dedicarle pensamientos a Él durante nuestra jornada. En mi escrito “El trabajo, Mi oración” , hablo más sobre cómo puede ser el propio trabajo que realizamos, una oración.
5. AL VOLVER A CASA. EL DESCANSO.
Bendice y se agradecido con los alimentos que vayas a tomar ese día. Da las gracias por tener comida en tu plato. Otros muchos, no tienen nada.
El medio día, es un momento donde la mayoría descansamos de nuestras tareas. Comemos y solemos tomarnos un tiempo más o menos largo, en función de nuestras circunstancias, para descansar, dormir, leer o ver algo en la tv. Es un tiempo de descanso bien merecido pero, si el resto de tu tarde sabes que vas a estar ocupado, ¿ Puedes dedicar 10 minutos de tu descanso a Él.?
Si tienes la oportunidad de rezar la coronilla de la divina misericordia a las 15:00h o aproximadamente a esa hora, no lo dudes. Es una oración que rezada con verdadera devoción tiene un inmenso poder.
“ A quienes recen este rosario, me complazco en darles lo que me pidan”
Diario 1541, Sor Faustina.
Si prefieres en su lugar, puedes rezar un rosario o un solo misterio. Son oraciones que pueden parecernos repetitivas y caer en el error del aburrimiento pero son verdaderas armas de paz y de perdón. Bien utilizadas, derrama sobre nosotros y el mundo muchísimas gracias. No pierdas la oportunidad. Si te quedas dormido durante el rezo, no te preocupes , te habrás quedado dormido en los brazos de María y Jesús, pero te invito a intentarlo.
6. AL FINALIZAR EL DÍAEs importante que antes de irnos a dormir, en el momento que se adapte más a nuestras circunstancias, buscar un momento para la oración personal. Reflexionar sobre nuestro día, hacer examen de conciencia, dar gracias y pedir perdón es lo que haremos en este tiempo. Es un momento donde sí deberíamos dedicar un tiempo más extenso y no tener prisas. Es importante tener un hábito y saber en que momento podemos dedicar este tiempo de silencio y reflexión. Puede ser justo antes de irse a dormir, después del baño, justo antes de preparar la cena o incluso por la tarde. Es un rato para estar con Jesús. Podemos encender alguna vela y poner alguna imagen que nos recuerde su presencia o la de María. Puedes estar en absoluto silencio o poner alguna música que te eleve el espíritu. Es recomendables que tengas un espacio en casa donde sepas que no te van a molestar, que sea agradable para ti y que te trasmita paz.
Este tiempo de oración personal donde le dedicamos tiempo a la oración , puedes realizarlo también en la mañana pero, si tus circunstancias lo hacen difícil, no dejes pasar tener este tiempo al final del día.
- Reflexiona sobre todo tu día. Lo bueno y lo que consideres que te has confundido o no ha salido como esperabas.
- Da gracias por todo tu día pero pide perdón por todo lo que has podido ofender a otros ,aunque haya sido no intencionalmente.
- Lee la palabra de Dios. Ya sea el evangelio del día u otros versículos. Aliméntate de su palabra.
- Si tienes un diario espiritual, escribe tus emociones, tus propósitos, utilízalo para crecer espiritualmente.
7. NO TE OLVIDES DE ESTAS GRACIAS:
He hablado sobre como podemos mantenernos en presencia de Dios y con los ojos puestos en Él en nuestros día a día. Cada persona tiene circunstancias y hábitos diferentes a los míos. Este esquema es tan solo eso, un esquema de como poder encontrar momentos en nuestro día lleno de ruido, para pensar en Dios. Sin embargo, cada persona puede buscar estos momentos de oración en momentos diferentes de los propuestos.
Por eso quiero recomendarte, que a pesar de estos ratos que podemos buscar para orar, es esencial LA MISA Y LA ADORACIÓN AL SANTISIMO. La iglesia, solo nos pide la misa el domingo y en las fiestas de guardar pero, si tienes oportunidad de ir durante la semana aunque sea un día, hazlo.
En cuanto a adorar al santísimo, normalmente es expuesto los jueves en todas las iglesias. Si tienes oportunidad de ir no lo dudes. Ponerte en la presencia del mismísimo Dios vivo, hecho pan, derrama una gracia que no puedo explicarte por escrito, sino tiene que vivirse. Te recomiendo que vayas al menos un día a la semana , ya sea el jueves u otro día en el que haya adoración perpetua.
Intentemos vivir cada día con pies en la tierra, con nuestras tareas diarias, con nuestro ocio, amigos, pareja, pero también, con ojos puestos en el cielo. En su presencia. Pues sin Él, no podemos nada.
La santidad se encuentra en el camino que nos abre cada uno de nuestros días, en que se ofrecen a nosotros, con atractivo desigual, los deberes de nuestra vida cotidiana.
San Francisco de Sales.
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