VOLVER A LO SENCILLO


Aunque vivo en una ciudad, llena de ruido, de anuncios que invitan al consumismo compulsivo y de estrés que creamos nosotros mismos con tantas cosas que hacer cada día, me encanta el concepto de     "Slow life". Para quien no conozca qué significa esto, es un modo de vida que rehúsa de los ritmos acelerados que imponemos en nuestras vidas y busca un ritmo más pausado, normalmente en naturaleza, buscando  alimentos naturales o cosechados por nosotros mismos. Este estilo de vida se aplica a todas las facetas como son el trabajo ( normalmente hecho por nosotros mismos), la alimentación ( rechazando comidas rápidas y procesadas), el ocio ( al aire libre, respetando la naturaleza y animales) y en el hogar y la familia ( disfrutando de un cálido fuego en familia , decorando nuestro hogar de forma sencilla pero acogedora, etc.). 


No sé a ti, pero a mí  esto de volver a lo sencillo y lo pausado, de ser más consciente de nuestro presente y de alejarnos del ruido,  me suena a algo que ya conozco. ¿No ha anhelado todo esto un alma cristiana?. Un libro que ya recomendé de Natalia sanmartin, " El despertar de la señorita Prim", está ambientado en un pueblecito imaginario que sin duda, cuando lees, sabes que todos sus habitantes viven con una actitud  "Slow" donde hay un tiempo para cada cosa.

La cultura cristiana siempre ha perseguido una vida sencilla, humilde, en familia y servicial,  alejada del ruido y centrada en el presente, para que cada una de nuestras tareas diarias sean para la gloria de Dios. Este concepto de " Vivir Slow" puede parecer moderno pero no es más que vivir de esa forma sencilla y pausada que nos ayuda a ser  más conscientes de la presencia de Dios en nuestra cotidianidad. 

Los mismos monjes, llevan siglos separándose del mundo para trabajar su propio huerto y alimentos, para cuidar de sus jardines, pero sobre todo, para el silencio y la oración. Porque donde no hay silencio , ni pausa en la vida, es imposible escuchar la voz de  Dios. Es en medio de esas pausas en nuestras vidas donde podemos reflexionar, ser consciente de la creación, y de centrarnos realmente en lo esencial sin distracciones y eso, nos lleva hasta Él. 

No podemos permitir alejarnos de nuestras raíces, de lo  tradicional a pesar de que el mundo te grita que  eso ya no se lleva. Esto no significa dejar toda la tecnología de lado, ni vestir cómo en el siglo XIX. Significa, no alejarse de nuestros valores cristianos, de darle la importancia que merece a la familia, al hogar, al trabajo bien hecho, a la belleza, a la oración y muchos más. Parar nuestro ritmo de vida acelerado para  contemplar  la creación de nuestro Señor, como medios para elevarnos hasta Él. 

Para mí, en medio de la ciudad que me rodea y el ruido constante externo e interno ( pues nuestros propios pensamientos pueden ser nuestros peores enemigos para oír la voz de Dios) , me gusta disfrutar de cosas  sencillas  que me ayudan a poner calma en mi vida, bajar el ritmo y ser más consciente de la belleza que me rodea en cada cosa cotidiana de nuestros días.  Estas son algunas de estas cosas que realizo para pausar mi vida y poner paz en mi corazón. 


  • PASEAR POR ZONAS VERDES

Aunque vivamos en medio de la ciudad, tenemos la suerte de disfrutar de algunos parques o zonas verdes al aire libre para poder pasear y alejarse del ruido.  En mi caso, tengo cerca de casa un parque con bastantes arboles, patos, agua y zonas verdes. Se respira una tranquilidad como si hubiese salido a las afueras de la ciudad. Salir a pasear en zonas así activa nuestro cuerpo, nos despeja la mente y nos  ayuda a reflexionar sobre ideas que parecen no avanzar durante el día. Puede ser nuestro pequeño momento de silencio o un momento idóneo para rezar el rosario al ritmo de tu paseo. 

Tener tiempo para pasar al aire libre es esencial. Si por algo se caracterizan los monasterios es por su típico patio interior al aire libre con algunos arboles y plantas. Este lugar sin duda era destinado para la contemplación y el silencio y es que la naturaleza y la belleza  nos invita siempre a mirar hacia su creador. 




" Hacer varias cosas al mismo tiempo no es el ritmo propio de la naturaleza. Eso no es saludable" 

" El silencio descubre la maravilla de vivir".

                                         Frase de un Dominico

                                                                                                                                                                                              

  • COCINAR ALGO TÚ MISMO PARA COMPARTIR CON OTROS

Entiendo que este punto no le produzca paz a todo el mundo sino estrés. Y es que cuando debemos preparar la comida diariamente entre nuestras tareas y trabajo diario para toda la familia, puede alejarse bastante de ser una actividad creativa y placentera y convertirse en una carga. 

Cuando cocinas alguna receta o algún postre es algo divertido, pero lo mejor de todo es compartirlo luego con otros como un regalo. Entonces, ahí , la actividad de cocinar se convierte en servicio y en entrega a otros. Es un autentico regalo a otros que podemos elaborar con nuestras manos. 
Este regalo empieza desde que buscamos esos ingredientes hasta que finalmente se sirve en el plato y se comparte en familia.  Es una de las formas que tenemos de darnos a otros en una de las muchas actividades de la vida diaria que tenemos que hacer cada día. 

                                                                  

" La comida es un signo de amor, en parte, porque  comprarla, prepararla y servirla exige un sacrificio. Cocinar siempre implica un trabajo y ese trabajo es una entrega".

                                                    Emily Stimpson Chapman


  • CREAR ALGO CON TUS MANOS 

Construir o crear algo con nuestras propias manos tiene múltiples beneficios para nuestra mente pues podemos liberar endorfinas, serotonina y reducir mucho el cortisol ( asociado al estrés). Fomenta nuestra creatividad y nos hace estar más en contacto con la materia prima de lo que estamos creando.  Nuestros pensamientos se ralentizan y cada vez más  hace que nos concentremos en el proyecto que estamos elaborando. Estas tareas sencillas pueden ser la cerámica, esculpir, tejer, dibujar, plantar flores, hacer jabón, velas, etc. 
En mi caso, una actividad que me aquieta es el bordado. Para mí el bordar puede convertirse hasta en un acto contemplativo. Requiere paciencia y muchas veces es repetitivo por lo que me produce mucha relajación. Además es un proceso creativo lento, no hay que apresurarse, por lo que te lleva a la calma. 
Es importante nuestro trabajo espiritual como el manual pues estamos hechos de cuerpo y alma. Los monjes, dedicaban unas 6 horas a los trabajos manuales o intelectuales. El resto, ya sabemos a qué está enfocado. 
Cualquier actividad que realicemos y creemos con nuestras manos puede producirte estas sensaciones de bienestar y paz. Utilicemos el trabajo que realizamos con nuestras manos para glorificar a cristo ya sea con una pintura, cuidando de un huerto o bordando.











" Esforzaos por vivir con tranquilidad, ocupándoosla de vuestros asuntos y trabajando con vuestras propias manos"

                                           1 Tesalonicenses 4:11


" La humanidad está llamada a co-crear, para que podamos cultivar lo terrenal , y así crear lo celestial."
                                 Santa Hildegarda de Bingen



  • ORACIÓN

Todas estas actividades dan paz, sosiego y ralentizan nuestros ritmos de vida pero siempre será algo puntual que tarde o temprano finalizará. En cambio, el tiempo que invertimos a la oración o ante la presencia del santísimo, da una paz que como dice Jesús, no es como el mundo la da, sino diferente. Es una paz que no se agota. Por eso, aunque todas nuestras actividades de cada día podemos hacerlas para la gloria de Dios y siendo consciente del regalo que son en nuestra vida, es esencial encontrar momentos que sean específicamente para la oración y solo para Él. Puedes leer más sobre este tiempo tan importante aquí. 





" La Eucaristía nos da una gran inclinación hacia la virtud, una gran paz y facilita el camino de la santificación"

                                      San Juan crisóstomo



Volvamos a lo sencillo, a lo simple, a los valores tradicionales, a buscar tranquilidad en el corazón a través de cristo, valoremos el trabajo fruto de nuestras manos y vivamos cada día para la gloria de Dios. Busquemos lo sencillo y ahí encontraremos paz. 






                                                  








Comentarios

LOS MÁS LEIDOS