PEREGRINAR A SATIAGO DE COMPOSTELA. LO QUE ME ENSEÑÓ EL CAMINO.

 

Acabo de volver de mi peregrinaje a Santiago de Compostela a pie. Han sido unos 315km desde León que han dado mucho de sí para conocer a gente nueva, escuchar experiencias e historias de vida de otros, de aprendizajes, de silencios, de belleza, de dolor y cansancio...Por eso, quiero compartir contigo lo que el camino me ha enseñado y que intentaré ponerlo en practica también en mi vida cotidiana.



LAS 10 LECCIONES QUE EL CAMINO ME HA ENSEÑADO:



1.  ME DI CUENTA DE LA CANTIDAD DE APEGOS QUE TENEMOS

Todavía no había empezado el camino y ya me llevé el primer aprendizaje. Fue en casa , preparando la mochila cuando me di cuenta de que tenía muchos apegos materiales. Sinceramente, sé que todos tenemos apegos a cosas  en mayor o menor medida, pero en mi caso pensaba que no tendría  problemas con los apegos. Soy sencilla y práctica y sabia que había ciertas cosas como por ejemplo  ( varias cremas, serum faciales, aceite para el pelo) que no iba a llevar. Pero aún así, me sorprendía a mí misma cuando no pude evitar meter una pequeña barra de labios en el neceset. Sabía que no iba a usarla en ningún momento pero la idea de no llevar nada que pudiese darme aspecto de " buena cara" en lugares donde no iba a caminar ( Santiago una vez llegaremos , León donde salimos y Madrid) me hacia sentir insegura. 

Efectivamente, una vez me fui no lo utilicé en ningún momento y hasta puedo decir qué me vi bastante buena cara al natural. También me pasó con él acondicionador de pelo. Sabia que no podía llevarme todos los productos que uso en el pelo pero el acondicionador para poder peinarme era esencial. Lo vi totalmente necesario. Pues, se me olvidó sacarlo hasta en tres ocasiones de las que me lavé el pelo y puede peinarme perfectamente. 

Si no me conoces, puede parecer al hablar de esto que soy bastante presumida y que doy bastante importancia a mi aspecto físico y a las apariencias, pero no es para nada así. Por eso, yo misma me sorprendí al descubrir que si tenia muchos apegos a cosas físicas que no son en absoluto necesarios para vivir cómodamente. Cuando te desapegas de todas esas cosas durante bastante tiempo, todo se ve con otra perspectiva y te das cuenta de la cantidad de productos de belleza, cuidado personal, ropa y muchas cosas más que nos venden y que nos crean falsas necesidades.  



2. SE PUEDE VIVIR CON MENOS DE LO QUE TENEMOS Y SER FELIZ


No hay mejor ejemplo de que se puede vivir bien con lo que llevas en una mochila que haciendo el Camino de Santiago. En la mochila llevas lo esencial ya que el peso cuenta a la hora de caminar y el espacio que tienes para llevar tus permanencias es limitado. Sin embargo, cuando pasas una semana viviendo con tu mochila y que todo lo que necesitas está ahí, te das cuenta de que podrías vivir así 3 meses más. El camino nos enseña  a quedarnos con lo esencial en la vida, a valorar lo que tenemos y a cuidarlo.  Si puedo vivir bien durante el camino con tres camisetas  y 3 pantalones, ¿ Porque necesito en mi armario más de 20 camisetas? 


3. ESTAR ABIERTOS A CAMBIOS DE PLANES, DEJARSE LLEVAR.

Me gusta tenerlo todo bien organizado pero el camino me enseño que , a veces, es mejor dejarse llevar donde la providencia te lleve y cambiar los planes. Pensábamos cenar en un sitio que habíamos visto con muy buen aspecto y de repente, a punto de salir, los hospitalarios del albergue  nos invitan a cenar. Pensábamos cenar mi novio y yo solos unos bocadillos y sin embargo, nos llevamos las experiencias de 6 personas más cada una de un país distinto, macarrones con queso, anécdotas, risas... Fue de nuestras mejores cenas y en ningún momento estuvo en nuestros planes. 
Así también en mi vida cotidiana quiero saber  dejarme llevar más por lo que surja en el día y dejarme sorprender. 





4. NO JUZGAR 

 Este aprendizaje se nos quedó grabado cuando vimos a peregrinos mucho mayores que nosotros, algunos incluso con mochilas más pesadas y aun así, andaban mucho más rápido. Parecía que tenían mucha más vitalidad que nosotros y nos alcanzaban siempre. Nunca, debemos dejarnos llevar por las apariencias. También nos ocurrió con algunos albergues, a veces recibimos mucho más en albergues mas pequeños y humildes que en otros más nuevos. 



5.LA MOCHILA ME ENSEÑÓ SOBRE LOS LASTRES QUE CARGAMOS DIARIAMENTE

Una cosa esencial en el camino es saber cuánto pesa tu mochila, pensar si puedes quitar algún kilo de más pues, cuando estas en el sendero, todo, absolutamente todo, pesa y supone una carga extra para andar. Ese peso de la mochila es el que  frena tus pasos, agota tu energía y carga tu espalda. Por eso, mientras menos lleves, tu camino será mucho más llevadero. Podrás subir mucho más ligero las pendientes y las bajadas y tu camino lo harás menos sufrido. 




Así también es nuestra vida. A veces llenamos nuestras mochilas de demasiadas cargas laborales, económicas, familiares, apegos, enfermedades que no sabemos aceptar, frustraciones... y cargar con todo eso por la vida es agotador. Aprendamos de nuevo a soltar lo que no nos trae paz, lo que no nos lleva al amor  y no nos une con Cristo, y la carga será más liviana. Siempre llevaremos cargas a la espalda, porque la mochila siempre la tienes que llevar contigo, pero puedes descargarla y eso sí depende de tí. Por supuesto, además de descargarla, puedes pedir ayuda  y como Jesús tuvo a su cirineo, así tu también puedes llevar tu mochila junto a Jesús. Tu camino en la vida será mucho más ligero. 





6. VIVIR SIENDO HOSPITALARIOS. VIVIR AL SERVICIO DEL OTRO.


Cuando caminas durante todo el día unos 30km, has sentido calor, quizás lluvia y viento, has subido grandes pendientes o bajado empedrados senderos. Quizás llevas arrastrando alguna lesión, molestia, ampolla, dolor en alguna zona de tu cuerpo y cuando llegas por fin a un albergue, es como llegar a tu refugio. Un lugar donde descansar, donde curarse, dónde comer, donde reponerte del pesado día para seguir adelante. Por eso, los hospitalarios que forman parte del albergue son  esenciales ya que sirven al peregrino. Después de estar en varios albergues, donde mejor me he sentido ha sido en aquellos lugares   donde me he sentido cuidada y atendida aunque estos no fuesen precisamente los más nuevos y cuidados. Sentir  tanto cansancio y encontrar a personas que te atienden siempre con una sonrisa, te ayudan y facilitan las tareas que tengas que hacer, te ofrecen algo de comida o agua a tu llegada y te acogen con cariño es maravilloso. 

Y es que en medio de nuestros días debemos ser también  hospitalarios para otros. Debemos estar siempre atentos al servicio y a las necesidades de los que tenemos al rededor. Cuidar siempre al mas débil y servir a los demás con amabilidad y alegría. Pues lo que hacemos a los demás también se lo hacemos a Jesús.  Seamos hospitalarios en medio de nuestra cotidianidad. Si todos actuaremos así , el mundo sería un lugar mejor. 








7. ULTREIA ET SUSEIA


Este saludo en latín es el que se daban los primeros peregrinos para darse animo. Significa algo así como "vamos más allá" y el otro respondería algo como " y más alto". Así se daban animos y se deseaban  ver en su llegada a la Catedral y si no era posible, se verían más alto, en el cielo. 

Así como nos saludamos y animamos durante el camino, tenemos que tenerlo también presente en nuestra vida diaria. Siempre ir hacia delante, más allá y de ahí, con nuestras obras , directos arriba, al cielo.  Vivir en la tierra con ojos puestos en la meta que es el cielo.  








8. VALORAS MÁS TODO LO QUE TIENES Y DAMOS POR HECHO.

Cuando tenemos durante todos los días de nuestra vida todas las comodidades, dejamos de valorar las cosas que tenemos, dándolas por hecho y quitándoles importancia. Pero, cuando vas de albergue en albergue y no estás en tu casa, empiezas a valorarlo todo mucho más. Que salga agua caliente y con cierta presión de la ducha, que haya una secadora o lavadora, que  la cama sea cómoda... son cosas que damos por hecho en nuestra vida pero que cuando faltan, nos hacen pensar en todas las comodidades de las que disponemos cada día que no valoramos, pensando siempre que nos falta algo más. 



9. EL TURISTA VIAJA, EL PEREGRINO BUSCA

Esta frase la encontré escrita en una pared de un albergue y no puede estar más de acuerdo. Fue algo que se me hizo muy evidente cuando empece a caminar por las últimas etapas para llegar a Santiago. En estas etapas, se ve muchas más personas pues están los peregrinos que empezaron desde mucho más atrás, los que empezaron en otros caminos y también, aquellos que solo disponen de algunos días para caminar o hacen una excursión. 

Se veía claramente aquellos que acababan de empezar como su actitud era diferente a la que se respira durante el camino ( por supuesto no todos eran así, pero si observe mucha gente con esa actitud). Caminaban mucho más rápido o hacían muchas más paradas en bares y aunque esto también forma parte del camino, el peregrino busca en muchas ocasiones más silencio, caminar pausado, sentarse debajo de un árbol a tomarse una fruta... está mucho más conectado con el camino. Pues el Camino de Santiago es un viaje hacia el interior de uno mismo 







10. EL CAMINO, AL IGUAL QUE LA VIDA, NO SON UNA CARRERA. 


Como ya he comentado en el punto anterior, observé que había mucha gente que tenia como una cierta prisa al caminar. Como si se tratase de una carrera o una competición de egos de haber quien llega antes o está más en forma. Pero también,  me encontré con un hombre que me dijo " En el camino no se compite con nadie, se compite con uno mismo".

Así debe ser también nuestro camino en la vida. Cada uno tiene sus propios ritmos y sus tiempos y no debemos compararnos con nadie, sino conocernos a nosotros mismos durante el peregrinaje de nuestra vida. Unos llegaran antes a la meta, otros tardarán mucho, pero siempre caminemos con los ojos puestos en la eternidad. 






Te deseo que vivamos el espíritu del Camino de Santiago en cada uno de nuestros días, poniendo en practica la sencillez, la contemplación de lo bello, la hospitalidad y el servicio al otro. 

¡ Buen Camino!












Comentarios

LOS MÁS LEIDOS